
¿Qué entendemos por alimentación natural?
Mitos frecuentes
Realidades a considerar
Conclusión
En los últimos años se ha incrementado el interés por la llamada “alimentación natural” en perros y gatos, basada generalmente en ingredientes frescos y, en algunos casos, sin procesar. Sin embargo, existen numerosos mitos alrededor de este concepto que pueden llevar a errores en la dieta y afectar a la salud de nuestras mascotas. A continuación presentamos una visión objetiva, sustentada en fuentes veterinarias acreditadas, libres de intereses comerciales vinculados a la venta de piensos o dietas caseras.
¿Qué entendemos por alimentación natural?
El término alimentación natural suele englobar varias corrientes, como las dietas crudas (por ejemplo, las conocidas como BARF) o las dietas caseras basadas en ingredientes cocinados. Su propósito es ofrecer al animal un menú sin aditivos o conservantes artificiales, en teoría más cercano a lo que comería en un entorno “salvaje”. Según las directrices de entidades como la World Small Animal Veterinary Association (WSAVA), antes de adoptar uno de estos regímenes es fundamental realizar una evaluación nutricional exhaustiva para asegurar que se cubren las necesidades de la mascota en cada etapa de su vida.
Mitos frecuentes
- “Lo natural siempre es más saludable”
Aunque la idea de alimentarse con ingredientes sin procesar pueda resultar atractiva, no todo lo “natural” es automáticamente beneficioso. De acuerdo con la Federación de Veterinarios de Europa (FVE), muchas recetas caseras no contemplan los requerimientos de nutrientes esenciales (proteínas, grasas, vitaminas y minerales), lo que puede derivar en desequilibrios a mediano y largo plazo. Un menú casero mal diseñado es tan perjudicial como un producto industrial de baja calidad.
- “La dieta cruda es igual a la dieta de los ancestros”
Existe la creencia de que los perros y gatos están “diseñados” para comer carne cruda porque sus parientes salvajes así lo hacían. Sin embargo, el Consejo General de Colegios Veterinarios de España señala que, con el proceso de domesticación, los canes y felinos han experimentado adaptaciones tanto a nivel digestivo como metabólico. No todos toleran de la misma forma alimentos crudos, y en ciertos casos se detecta un riesgo de infecciones bacterianas (Salmonella, E. coli) que pueden afectar también a las personas del entorno.
- “Las dietas naturales curan enfermedades”
Algunas corrientes divulgan que dietas basadas en ingredientes crudos o cocinados pueden “curar” problemas de piel, trastornos digestivos o padecimientos renales. Si bien una nutrición apropiada siempre favorece la salud y se complementa con tratamientos médicos, la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) señala que no existe evidencia concluyente de que estos regímenes sean milagrosos. Cada afección requiere un abordaje integral y supervisado por un veterinario.
Realidades a considerar
- Supervisión veterinaria
Es posible llevar a cabo una alimentación natural equilibrada, pero siempre bajo el asesoramiento de un profesional. Tanto la WSAVA como la FVE recalcan que, sin la supervisión adecuada, pueden surgir carencias nutricionales que comprometan el estado de salud de la mascota, principalmente en cachorros, hembras gestantes y animales con enfermedades crónicas.
- Control de patógenos
Al manipular alimentos crudos, existe el riesgo de introducir microorganismos perjudiciales para el animal y las personas. Cocinar algunos ingredientes o congelarlos a temperaturas muy bajas antes de su uso son medidas recomendadas por organizaciones veterinarias para minimizar la carga bacteriana.
- Importancia de la variedad
Ya sea una dieta comercial de alta calidad o un plan natural, la clave está en la variedad y el balance de nutrientes. Así como no todos los piensos industriales son iguales, tampoco todas las recetas caseras cumplen los mismos estándares. Elaborar menús con diferentes fuentes de proteínas, carbohidratos y vegetales, en proporciones controladas, ayuda a asegurar que el perro o gato reciba todo lo necesario.
- Evaluación periódica
Las guías de la WSAVA enfatizan la relevancia de un seguimiento veterinario continuo. Controles regulares de peso, análisis de sangre y chequeos de estado corporal ayudan a ajustar la dieta y verificar que no existan deficiencias o excesos que a la larga se conviertan en un problema para el animal.
Conclusión
La alimentación natural para mascotas puede ser una alternativa válida siempre que se planifique meticulosamente y se lleve a cabo con el acompañamiento de un veterinario. No se trata de una solución universal ni es intrínsecamente superior a las dietas comerciales de calidad; lo importante es adaptarse a las necesidades individuales de cada perro o gato, vigilando que reciba todos los nutrientes esenciales. Antes de cambiar el régimen alimenticio de tu mascota, consulta con profesionales que basen sus recomendaciones en criterios veterinarios comprobados, evitando las fuentes cuyo interés principal sea vender o desacreditar determinadas dietas.